Tras algo menos de tres años de parón, el grupo Tarantulas (sic) anunciaba hace algunos meses que volvían a la carga. Las intenciones se han materializado este mes con el lanzamiento de un homónimo de 12 cortes.
Se trata de canciones breves -en su mayoría no superan los dos minutos de duración- con influencia de The Ramones, según ellos mismos nos comentan. Punk rock ágil y fresco derivado de la corriente anglosajona y alternativa del género.
Batería, guitarra y bajo se reparten el protagonismo a partes iguales, cabalgando sin pisarse. A las voces prefieren la derivada rock veraniega y juvenil. Tarantulas no guarda grandes pretensiones más allá de aportarnos un buen rato desde los auriculares. Y lo consiguen.
Algo en su sonido agudo y sus ritmos bailables impregna de optimismo nuestros oídos. Un viaje ligero al punk rock descreído, apto para sonar en terrazas y tejados. El álbum apuesta por una sonoridad fija pero atractiva.
Sin portentos artísticos ni reinvenciones preponderantes, Tarantulas compacta su música. Se gustan con sus taras y puntos álgidos. Una referencia mejorable, sí, pero apta en lo suyo.