El grupo pamplonica Killiki se estrena en nuestros auriculares con un EP homónimo de cuatro cortes. Su turbia portada esconde death metal cantado en castellano. Lo primero que notamos es una producción que se duele a la percusión.
La temática del trabajo encierra críticas a la realidad social y cultural del grupo desde una perspectiva satírica y sangrienta. Un sonido sucio acompaña el mensaje de ritmos desiguales. A Killiki le queda un camino considerable por recorrer y aun así en este primer machetazo se ven características distintivas a explotar en la dirección adecuada.
La voz no termina de enamorar por arenosa en exceso. El grupo brilla cuando las guitarras salen a relucir y se dejan las baquetas y el bombo como comparsa necesaria. El potencial existe y la mejora en la calidad exige solo pequeñas variaciones en aspectos diversos.