En un país de hits y riffs los cantautores quedan relegados a la escena alternativa con mayor o menor agrado. Adrià Ballús estrena Onades con una sentida guitarra acústica como protagonista. Sus letras en catalán buscan sensaciones desoladoras a través de una voz apagada, estructuras frías y ritmos muy medidos sin salir de la canción de autor.
Sus ocho cortes compuestos de voz, cuerdas y ligeros arreglos piden mayor variedad sonora y caen en una somera -y personal, eso sí- monotonía pese a la brevedad de las canciones. Solo Busca abrigall sale de la tónica general al cierre, salvavidas tardío. Ballús mantiene un acústico correcto en la forma con ideas demasiado estáticas.